martes, 28 de febrero de 2017

El “clic” que me hizo dueño de mi futuro


Jamás he sido buen estudiante, me daba pereza el mero hecho de tener que leer una página de algo que no me importaba y que tampoco hacían porque me interesase. Terminé la ESO repitiendo cuarto y sin ninguna intención ni motivación que me hiciese siquiera intentar hacer bachillerato. Así pues, decidí hacer un Graso Medio de cocina, algo que me encanta hacer, pero solo en mi casa y para la gente que quiero como más tarde descubriría. Resultó que no quedaban plazas para el Grado de cocina, así que me apunté a lo más parecido que había, Grado Medio de Servicios en Restauración.

Este ciclo, en resumen era para aprender a ser camarero, cosa que llevo siendo desde los catorce años ya que mi familia tiene un negocio de hostelería. En el Grado también hacíamos cócteles, aprendíamos sobre vinos y cocinábamos, esta era mi parte favorita. El Grado eran dos años, los cuales pasé sin mucha dificultad, se me daba bien aquello. Al final del curso, había que hacer unas prácticas de tres meses en un restaurante u hotel, los cuales nos marcaba la escuela. A mí me tocó un hotel en Madrid, al cual tardaba dos horas en llegar y otras dos en volver, sumándole las ocho horas de prácticas. Mi “clic” se acercaba.

Aquel hotel de “cinco estrellas” (y lo pongo entre comillas porque si yo contara lo que se hacía en la parte de atrás…) era un lugar en el que los directivos echaban a los trabajadores cada x tiempo para que no tuvieran antigüedad y tomaban a todos los estudiantes en prácticas que podían para tener mano de obra GRATUITA. Afortunadamente los trabajadores del hotel eran gente maravillosa con nosotros y nos hacían aquella situación más amena. Mi “clic” se reveló cuando al hablar con esas personas tan encantadoras, me di cuenta de que no eran felices con su trabajo, que aquello era aún más infierno para ellos que para mí, que debido a estar tantas horas de pie, yendo de un lado a otro sin descanso, su salud estaba resentida. Esta situación yo ya la vivía en casa debido a nuestro trabajo, pero fui verdaderamente consciente de esta realidad al verlo en aquellas personas ajenas a mi entorno más íntimo.

En este momento tuve la revelación y la certeza de que aquello no iba a ser mi futuro, me negué en rotundo a aceptar que ese fuese a ser mi destino. Así que al terminar las practicas no sin un derroche de fuerza de voluntad por mi parte, me tomé un tiempo para pensar en qué me hacía feliz. Enseguida se me vino a la mente la alegría que me da cuando entra un niño/a mi negocio y me pongo a jugar con él/ella. Lo vi claro, quería estudiar un Grado Superior de Educación Infantil. Se lo dije a mis padres, los cuales me dijeron que les parecía bien pero que tenía que seguir yendo a trabajar. Busqué una academia para preparar el examen de acceso de Grado Medio a Superior y con mucho esfuerzo, ya que nunca he tenido unos buenos hábitos de estudio, conseguí aprobar con un cinco, era poco, pero estaba aprobado que era el objetivo. Eché la matricula en septiembre y al no ser admitido en el Grado, se me presentó una situación realmente dura a nivel personal y familiar. Iba a ser un año en el que académicamente no iba a poder hacer nada, así que tenía dos opciones, o meterme de lleno en mi negocio familiar, o seguir mejorando y preparándome para mi futuro. Lo tenía claro, mi futuro era lo más importante, en ese momento pensé en que podía fallar si el año próximo conseguía entrar el Grado y la respuesta fue inglés. Me metí en internet, encontré una agencia y a las dos semanas estaba en Inglaterra, donde pasé dos meses.

Al  volver a España, volví a matricularme en Educación Infantil y esta vez sí que entré. Las cosas marchaban según lo planeado, algo en mi había cambiado, ya no era el de antes y mi motivación por aquellas clases era algo nuevo en mí, recordemos que abrir un libro en la eso era una condena a muerte para un servidor. Aprobé todo, y con notas fantásticas, hasta inglés, una asignatura que lo máximo que había sacado en mi vida había sido un cinco y en septiembre. Solicité, una beca Erasmus para hacer mis prácticas en Italia y me la concedieron. Allí pase dos meses y medio donde además de aprender muchísimo sobre educación, aprendí a defenderme en otro idioma más. Estaba claro que el antiguo chico con alergia a estudiar y a aprender había desaparecido por completo. Después de aprobar el Graso Superior quería más, más conocimientos y por eso estoy ahora en la universidad.

Quien me iba a decir a mí con dieciséis años, una edad dura académicamente hablando para mí, que después de repetir cuarto de la ESO y sin ninguna intención de seguir estudiando, encontraría un camino que me llena, una labor con la que poder mejorar el mundo, un trabajo en el que todos los días son diferentes gracias a la espontaneidad de los pequeños y pequeñas, un trabajo con el que disfrutar y con el que despertarse con una sonrisa, y no uno en el que cada día es una tortura y solo piensas en que llegue ese día libre. Reconozco no estar muy informado sobre temas de energías y misticismos, pero sí he vivido en mi propio ser el cómo cambia el mundo a tu alrededor cuando cambias tu estado de ánimo. Antes, no me sentía lleno personalmente, me faltaba algo que no me hacía sentirme completamente feliz y las cosas parecían no cambiar e incluso ir a peor, pero en el momento en el que decidí que aquella situación tenía que cambiar, lo primero que hice fue cambiar yo mismo, y las cosas a mi alrededor, como por arte de magia fueron mejorando hasta el día de hoy. Claro que el entorno nos moldea y modifica, y afortunadamente yo he tenido un respaldo económico para poder hacer realidad mis deseos, pero creo que como personas todos tenemos el poder para dar ese paso a delante y al menos intentar cambiar lo que no nos hace felices. Esto sería el aceptar nuestra sombra y actuar sobre ella, ya que si no somos conscientes de lo que nos hace infelices en nuestra vida, no podremos hacer nada para solucionarlo.


Adrián Erriquez Gistau

miércoles, 22 de febrero de 2017

La sexualización en la infancia


En cuestión de la sexualización en la infancia, hay varios factores que pueden influir y agravar esa sexualización. Los niños y niñas crecen con diversos estímulos externos, tales como internet, la televisión, que en algunos casos pueden hacer que imitan conductas no acordes a su edad.

Sobretodo con las niñas, en algunos casos, sus principales referentes a seguir son modelos, super delgadas, maquilladas y con ropa llamativa, y esto hace que se quieran parecer a ellas.

Si buscamos información relacionada con la sexualización, encontramos que el mundo de la moda promociona ropa que no es apropiada para las niñas, al tener minifaldas, tacones, entre otras prendas.
Un ejemplo claro donde podemos ver esas prendas tan excesivas para las niñas, son en los típicos certámenes de belleza que realizan en Estados Unidos.
Niñas como en la imagen, que estan excesivamente cargadas de maquillaje, de peluquería y con ropa no frecuente de su edad. Que a su vez, utilizan poses provocativas.


Resultado de imagen de niñas sexualizadas

Imagen 1

Otro ejemplo sería en algunas campañas de publicidad en donde exageran y sexualizan la imagen de las niñas.
Resultado de imagen de niñas sexualizadas

Imagen 2

Siguiendo con el tema del maquillaje, indagando en internet, he encontrado videos en youtube de niñas haciendo tutoriales de como maquillarse y publicarlo ahí.


Creo que cada vez se les quita antes la infancia a estas niñas, al sexualizarlas, que sean un simple objeto sexual, y desde pequeñas piensen que para gustar a los demás tienen que ir con kilos de maquillaje y con una ropa parecida a las de los adultos, hará que cuando vayan creciendo no tengan una buena autoestima, que estén obsesionadas con su cuerpo y que se den en algunos casos, trastornos alimenticios como la anorexia.
Por lo que pienso, que debemos de dejar que los niños y niñas vivan  una infancia acorde a la edad que tengan, que jueguen y que se divierten, ya que es la mejor forma de aprender y de crecer como persona. Y lo importante, es que niño/a solo se es una vez, por lo que hay que aprovecharlo.

Alicia

martes, 21 de febrero de 2017

Dibujos infantiles

Dibujo ¿infantil?

Estos dibujos fueron realizados por Íker, de 9 años. El artista es el hijo de un antiguo profesor. Este, me dijo que iba a venir a mi pizzería, y cuando llegaron, Íker me entregó este dibujo que había hecho en su casa.






Ni que decir tiene que me quedé asombradísimo, 9 años y dibuja así, impresionante. Pero más me impresionó cuando al despedirse me entregó estos dos dibujos más que había hecho en una simple servilleta y a bolígrafo, lo que no permite borrar para corregir. Algo que me llamó mucho la atención, fue la temática y estética tan marcadas de los dibujos. Tienen su propio estilo y personalidad.





















Adrián Erriquez Gistau

La sombra para mí es...

Para mí la sombra es…
Una parte de nosotros que no queremos reconocer, que no aceptamos por miedo o vergüenza, ese lado que no queremos que vean de nosotros los demás, y que ocultamos tan al fondo que terminamos por no verlo ni nosotros mismos. Rechazamos tanto esta parte de nosotros que incluso odiamos a la persona que la tiene y no la oculta. Pero… ¿por qué odiamos a quien exhiben sin complejos lo que a nosotros nos da miedo enseñar? Quizás no odiemos a esas personas, si no que en realidad nos odiamos a nosotros mismos, por cobardes, acomplejados y por dejar que la sociedad nos diga cómo debemos actuar y ser.

Desde que nacemos podemos observar como la sombra se va tornando en oscuridad más allá del hecho físico. ¿Por qué la mayoría de los malos y malas de cuentos y películas llevan ropa negra u oscura? Para mí hay un símil evidente entre la relación de la maldad y la sombra humana. Un lado oculto que se entiende como perverso y maligno. Esta percepción social de la oscuridad como lo negativo, quizás sea lo que la hace negativa. Los prejuicios sobre aspectos físicos o conductas que no encajan en los cánones de “la luz”/la sociedad, y que esta rechaza, de alguna manera se tienen que proteger de esta discriminación, ahí es donde nace “el lado oscuro”.

El lado oscuro, como yo lo entiendo, no trata de destruir el mundo como sale en las películas, eso es lo que nos quiere hacer entender “la luz” para ponernos en su contra y seguir haciendo que pensemos según sus ideales. El lado oscuro, se forma de todas esas cosas que la sociedad nos obliga a rechazar y a avergonzarnos de ellas, se forma de todas esas cosas que nos hacen distintos al resto, cosas que nos hacen únicos. Quizás la intención de “la luz” no sea tan buena y lo único que pretenda es que sigamos siendo un rebaño de ovejas, eso sí, TODAS BLANCAS Y CON EL MISMO ESQUILADO. Todos tenemos de forma obligada nuestro lado oscuro, ya sea por comprar ropa que nos haga más delgados/as; unos zapatos que nos hagan más altos/as; por operarnos la nariz, ya que no encaja con los cánones de belleza que marca la sociedad; por sufrir en el gimnasio para tener un culo o unos abdominales duros y marcados, ya que sin estos rasgos, jamás encontraremos pareja y nadie nos querrá y moriremos solos y solas rodeados de gatos… El lado oscuro se forma de todo eso que queremos esconder, mi michelín, mi estatura, mi nariz, mi culo blandito o la tripa que me sirve para apoyar cosas cuando estoy en el sofá.

La sombra se crea por la existencia de luz, metafórica y literalmente. Pero la sombra se hace negativa cuando es discriminada por la luminosidad, la brillantez y el esplendor que emite la perfección de la sociedad. Hagamos como Peter Pan y cosámonos bien fuerte nuestra sombra, al principio dolerá como le dolía a él, pero si la lucimos con orgullo, la aceptamos, la queremos y la hacemos nuestra marca distintiva del rebaño, quizás, solo quizás, el “lado oscuro” deje de serlo tanto.


Adrián Erriquez Gistau

miércoles, 15 de febrero de 2017

Taller de pelos

La clase del lunes pasado captó completamente mi atención desde el comienzo: ver como nuestros compañeros vestían a la profesora ha sido algo nuevo y tan subreal a la vez (ya que nunca había visto algo parecido) y, además, creo que nos sirve más de lo que nos creemos.
Después, con el taller de los pelos en grupo ya... Cada grupo estaba entusiasmado por ponerse cosas en el pelo, mostrándonos muy participativos los unos con los otros y con mucho interés por la actividad mandada por la profesora. Por lo tanto, bajo mi punto de vista, este tipo de clase funciona.
Creo que ha sido una manera de ver cómo podemos disfrutar con las pequeñas cosas que tenemos a nuestro alcance, ya que el pelo siempre se utiliza para peinarnos, hacernos coletas y salir de casa.
Pero con este tipo de actividades vemos que podemos divertirnos (y mucho) sin dañarlo y sin cambiarlo. ¡Había grupos que, incluso, se pintaban con el pelo! Porque realmente, ¡luego se lava y listo!
Me parece una dinámica increíble para aprender a divertirse y poder sacar el máximo partido a cosas que consideramos habituales.



Cristina Castaño Rubio

Películas Disney

Todo, absolutamente todo lo que tiene que ver con la película Frozen me emociona. Supongo que la gente pensará que estupidez, que infantil, que patético, y así…
Pero para mí tiene muchísimo sentido, y no me preocupa en absoluto lo que la gente piense o deje de pensar.
Cuando era pequeña no me gustaban las películas de princesas, no las entendía. Desde bien pequeña me preguntaba por qué Blancanieves tenía que hacer las tareas del hogar a los 7 enanitos, o por qué las hermanastras de Cenicienta eran tan malas con ella, o por qué la Sirenita tuvo que desprenderse de su cola (¡con lo que molaba!) para casarse con un apuesto príncipe, dejando a su familia y a todos sus seres queridos en el mar. Nunca me agradaron, no me hacían especial ilusión, no sé, era como que en mi cabeza no encajaban bien las piezas.
Cuando crecí me fueron gustando cada vez menos, me parecen películas machistas. Es el primer contacto machista que todos los niños y niñas vemos. Como es la mujer la encargada de hacer tareas domésticas, como la mujer depende de un hombre para su felicidad y para SOBREVIVIR, ¿hola? ¿Enserio una mujer necesita a un hombre para vivir? ¿DESDE CUANDO?
Entonces, hace dos años vi Frozen con dos niñas pequeñas y me quedé sorprendida. Me gustó la película, me encantó. Es más, ahora mismo es mi película favorita. UNA PELÍCULA DE DIBUJOS ANIMADOS DONDE A LA PRINCESA NO LA SALVA UN HOMBRE, LA SALVA SU HERMANA, EL AMOR DE SU HERMANA (siglo XXI, y me sorprende que haya una película así, algo va mal en la sociedad).
Por ello el lunes en clase me puse a Elsa en la frente, porque para mí se ha convertido en un icono. Algo de lo que todo el mundo debería de estar orgulloso. La sociedad parece que algo avanza (aunque de forma lenta).
Pero claro, es una película frente a tantas que están metidas en la sociedad hasta las trancas.
¿Qué valores se les transmite a unos niños y niñas con Blancanieves? Bien, en mi opinión que, si hay una mujer en la casa, tiene que dedicarse a limpiar y fregar mientras que los hombres de la casa trabajan para llevar dinero a casa. Consecuencia: los niños no suelen jugar a cocinitas, sino que son las niñas, los niños se dedican a jugar con los juguetes que imitan a herramientas.
¿Qué valores se transmite a unos niños y niñas con La Cenicienta? Que las madrastras son malas, que tus hermanastras van a ser malas contigo. Consecuencia: si tus padres se separan, y comienzan con una nueva pareja, tu primer instinto va a ser pensar que esa nueva pareja es alguien malo, que te lo va a hacer pasar mal.
¿Qué valores se transmite a unos niños y niñas con La Sirenita? Que la mujer debe dejarlo todo por su príncipe, irse de su casa, dejar sus raíces y CAMBIAR su aspecto físico para poder estar con él. Consecuencia: la mujer es infravalorada y juzgada siempre por su aspecto físico.
Y bueno, para mi Frozen transmite unos valores de amor por la familia, de querer a tus seres queridos y protegerles, de estar a su lado apoyándoles y luchando con ellos siempre que lo necesiten. Porque en esta película también aparece el amor, Anna se enamora de un chico de primeras que luego resulta ser el malo, pero se da cuenta que realmente está enamorada de un chico muy majo y simpático que la ha ayudado cuando ella lo necesitaba. Pero pudiendo ser él quien la salve, no es así. Porque el amor de su hermana Elsa es el verdaderamente puro y único.



Paula García Fernández

martes, 14 de febrero de 2017

Vida y Muerte

En la clase de hoy, lunes 3 de febrero de 2017, me ha ocurrido algo muy singular. Podríamos denominarlo casualidad, el destino, coincidencia o que le doy demasiadas vueltas a las cosas (una Sincronía, gracias Pilar).

Hoy, de camino a clase, mientras conducía he adelantado a un coche fúnebre, reconozco que soy bastante supersticioso para estas cosas, pero por suerte mantuve la calma (no os asustéis). Hasta aquí todo normal, a todos nos ha pasado. Lo curioso es que a medida que iba avanzando la clase,  los temas que se trataban estaban relacionados con el disfrute de la vida, la muerte o el mal.


No sé por qué, en la actividad que hemos hecho hoy relacionada con el pelo, he elegido como icono que me representaba a Darth Vader (el malo malísimo de Star Wars). Después hemos hablado sobre que da la verdadera felicidad en la vida y finalmente se nos han planteado una serie de cuestiones para reflexionar como: ¿Quién vendría a mi entierro y que dirían de mí? ¿Qué pienso de mí estando muerto? ¿Qué no podría soportar que pasara antes de que me muriese? ¿De qué me arrepentiría de haber hecho o no si me fuese a morir mañana? ¿Qué es verdaderamente importante y qué no?

No sé si será por el clima que está nublado, lluvioso y gris (otra coincidencia más) que anima a hablar de estas cosas de las que normalmente no hablamos, yo creo que por miedo a afrontar la realidad de que quizás, en el fondo sentimos que no estamos aprovechando al máximo nuestra corta y efímera existencia, y nos da pavor asumir que lo más seguro es que el día que nos muramos, nos arrepentiremos de demasiadas cosas que nos hemos dejado por hacer. Es duro afrontar la realidad, por eso la ocultamos, pero la muerte es tan real y está tan presente como la vida, una no existiría sin la otra, por eso debemos ser conscientes de su presencia en nuestro día a día.

Dándole vueltas al tema de la muerte, es evidente que la sensación de adrenalina que siente alguien cuando monta en una montaña rusa o se tira en paracaídas, es adictiva. Todas las acciones en las que el fallo de un elemento conlleven la muerte, disparan nuestros sentidos haciéndonos sentir vivos. Es paradójico que el miedo a morir nos haga sentir esa vida que deberíamos tener presente en todo momento, pero que no apreciamos salvo cuando podemos perderla. Por eso digo que si tuviéramos presente que cada segundo puede ser el último, quizás fuésemos más felices, no le daríamos tantísimas vueltas a temas sin importancia y viviríamos en el presente, justo como pasa cuando estas sentado en una silla a no sé cuántos kilómetros por hora dando vueltas como un loco o cayendo al vacío desde un avión.


 Adrián Erriquez Gistau

jueves, 9 de febrero de 2017

Bienvenida

Os damos una calurosa bienvenida a nuestro nuevo Blog emocioARTE. Esperamos que toda la información que pongamos a vuestra disposición sea de vuestro agrado y sobretodo os ayude.

Nosotr@s somos:
Elena Alonso Pino
Cristina Castaño Rubio
Adrián Erriquez Gistau
Paula García Fernández
Alicia Reyes Mora